Las diferentes especies de fauna con las que nos podemos encontrar en las áreas naturales o protegidas, invitan a disfrutar de ellas pero, sin tener contacto. El querer alimentar a las aves y mamíferos silvestres, se incrementa la posibilidad de contraer enfermedades zoonóticas.
Al tener un contacto directo con estas especies silvestres, el pico o la boca de los animales pueden provocar heridas y/o propiciar el contagio de enfermedades en el momento de capturar el alimento.
Asimismo, el alimentar a la fauna genera un daño y/o perjuicio difícil ya que modifica el comportamiento identificando a los humanos como una fuente de alimento. Esto no solo afecta a su conducta, sino que también afecta a su salud. Los alimentos que consume el humano no se corresponden con su dieta salvaje, y en ocasiones puede contener incluso elementos tóxicos para la especie. Además aumenta la probabilidad que sean atropellados en caminos y rutas, y que sean atacados por perros. Estos ejemplares habituados se vuelven más vulnerables y proclives a sufrir accidentes, y dejan de cumplir su rol ecológico en el ambiente.
Entre las especies más afectadas se encuentran la gaviota cocinera, el cauquén real y el zorro colorado.
Se solicita a residentes y turistas no alimentar ni tener contacto con la fauna silvestre.
Este es un mensaje de los Parques Nacionales Nahuel Huapi, Lanín, Lago Puelo, las provincias de Río Negro y Neuquén, las Municipalidades de San Carlos de Bariloche, Villa la Angostura, Dina Huapi, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, , Aluminé y la Comisión de Fomento de Villa Traful.