La Dirección de Bromatología, dependiente de la Secretaría de Gobierno, informa, aún en el actual marco de la pandemia, se continuarán realizando auditorías de rutinas, en pos de seguir acompañando y a los fines de monitorear el cumplimiento en la aplicación de las Buenas Prácticas de Manufactura que den garantía de la comercialización de alimentos inocuos, reforzando el cumplimiento del protocolo por el Covid-19 y sus medidas de higiene, limpieza y desinfección.
Estas visitas de rutina están establecidas dada la características de cada uno de los establecimientos y siempre desde un enfoque de riesgo peligro, es decir que dependiendo del rubro habilitado, la productividad y la manipulación en la elaboración de alimentos estará establecida la frecuencia con la cual será visitado el establecimiento, considerando también su historial de cumplimiento o incumplimiento.
Durante la primera quincena del año, con la llegada del turismo, se ha incrementado el acompañamiento a través de los controles en los establecimientos, asesoramiento in situ y a las consultas que surgieron, dado el aumento en la cantidad de alimentos ingresados a la localidad. En este marco, resulta clave la aplicación de las Buenas Prácticas de elaboración y la correcta manipulación de los mismos, no solo por el contexto de la pandemia sino también por la temporada de verano donde las altas temperaturas son un factor importante a controlar para evitar las Enfermedades Transmitidas por los Alimentos.
Desde el área municipal de Bromatología recuerdan que las visitas de auditoría deben ser una oportunidad de mejora, ya que el acompañamiento que realizan se basa en la concientización y sensibilización que conlleva las prácticas de manipulación adecuadas de los alimentos, el transporte, su conservación, elaboración, almacenamiento y consumo. También es importante destacar que las condiciones edilicias exigidas por el Código Alimentario Argentino y Ordenanzas Municipales resultan claves para minimizar los riesgos de contaminación de los alimentos, por lo tanto se establecerán los plazos de mejoras para el primer semestre del año.
“Lo que refiere a inocuidad alimentaria (alimentos sanos que no enfermen) es una responsabilidad ampliamente compartida por todos los integrantes que componemos la cadena agroalimentaria, desde la producción de los alimentos en el campo, la distribución, proceso o transformación, transporte e inclusive el consumidor. Sin duda la mayor responsabilidad la lleva quienes comercializan los alimentos”, resaltaron desde la Dirección de Bromatología.